La tiroides
es una pequeña glándula dentro del cuello, situada adelante de la traquea y
abajo de la laringe. Las hormonas tiroideas controlan el metabolismo, que es la
capacidad del cuerpo de desintegrar los alimentos y almacenarlos en forma de
energía, y convertir los alimentos en productos de desperdicio, liberando
energía en el proceso. La tiroides produce dos hormonas, T3 (llamada
triyoditironina) y T4 (llamada tiroxina).
Los
trastornos de la tiroides resultan de la deficiencia o exceso de la hormona
tiroidea. Los síntomas del hipotiroidismo (deficiencia de hormona) incluyen
pérdida de energía, reducción del ritmo cardíaco, resecamiento de la piel,
estreñimiento y sensación de frío a todo momento. En los niños, el hipotiroidismo
comúnmente conduce a un atraso en el crecimiento. Los bebés que nacen con
hipotiroidismo pueden tener un atraso en el desarrollo y retraso mental si no
se tratan. En los adultos, esta deficiencia muchas veces causa aumento de peso.
Puede producirse un crecimiento de la tiroides o bocio.
Las hormonas tiroideas tienen un gran y
fundamental efecto sobre el
desarrollo y el metabolismo, por
eso siempre hay que tener un control estricto, especialmente cuando se está
embarazada ya que el déficit de esta hormonal se produce en los primeros meses
del proceso fetal.
Las consecuencias del déficit de las hormonas tiroideas puede ser: falta de desarrollo intelectual y retraso en
su crecimiento. La
carencia intelectual seguirá desarrollándose si persiste el déficit hormonal en
forma proporcional, y es irreversible.
Mientras que la falta de desarrollo está relacionado con un origen puramente
metabólico ya que más tarde el crecimiento puede volver a la normalidad después
de haber recibido un tratamiento.
Embriológicamente, la glándula se desarrolla muy pronto, alrededor de los
30 días del desarrollo del embrión, recién entre las 11 y 12 semana se produce una concentración de yodo en
el embrión y puede decirse que estaría en condiciones de funcionar. También la
hormona producida por el embrión es enviada a la madre y a veces, éste ayuda a
su madre si ella tiene un déficit de dicha hormona. Está comprobado
estadísticamente que las mujeres embarazadas con problemas de tiroides mejoran
durante el embarazo ya que reciben la ayuda de su hijo quien le proporciona el
faltante hormonal durante ese período.
En los adultos el efecto del mal funcionamiento de esta hormona se
presenta por alteraciones del metabolismo, esto incluye un
decrecimiento del consumo de oxígeno, proteínas, hidratos de carbono, vitaminas
y grasas.
Para finalizar podemos decir que las
hormonas tiroideas son necesarias
para un buen crecimiento y desarrollo, para una apropiada acción calorígena y termorreguladora, regulan
y aumentan cuando es necesario el consumo de oxígeno, ayudan a la síntesis y degradación de
las proteínas y grasas. Tienen un papel fundamental en la síntesis del glucógeno y en el uso de la
glucosa (azúcar), son
fundamentales para la formación de la vitamina A, ayudan al crecimiento y
estimulan la diferenciación. Son imprescindibles
para el correcto desarrollo del sistema nervioso central y el periférico, están presentes en
los procesos de contracción muscular y motilidad intestinal y entre otras cosas
intervienen en la erupción dental.
Como conclusión podemos decir que las hormonas tiroideas están presentes
en la totalidad de las funciones que realiza el organismo, activándolas y
regulándolas para mantenerlas en forma normal.
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