La energía es suministrada por los hidratos de carbono, grasas y proteínas.
Se denomina valor energético o calórico de un alimento a la cantidad de energía que se produce cuando es totalmente oxidado o metabolizado para producir dióxido de carbono y agua (y también urea en el caso de las proteínas).
En términos de kilocalorías, la oxidación de los alimentos en el organismo tiene como valor medio el siguiente rendimiento de energía:
1 g de grasa = 9 kcal
1 g de proteína = 4 kcal
1 g de hidratos de carbono = 4 kcal
1 g de fibra ≈ 2 kcal
Todos los alimentos son potenciales fuentes de energía pero en cantidades variables según su diferente contenido en macronutrientes (hidratos de carbono, grasas y proteínas). Por ejemplo, los alimentos ricos en grasas son más calóricos que aquellos constituidos principalmente por hidratos de carbono o proteínas.
El alcohol, que no es un nutriente, también produce energía metabólicamente utilizable con un
rendimiento de 7 kcal/g‐ cuando se consume en cantidades moderadas (menos de 30 g de etanol/día).
Las vitaminas, minerales y agua no suministran energía.
100 kcal están en:
11 g de aceite (1 cucharada sopera rasa)
13 g de mantequilla (un paquetito de cafetería)
20 g de galletas de chocolate (2 unidades)
22 g de patatas fritas de bolsa (1/5 de bolsa pequeña, o un bol)
250 ml jugo envasado (un vaso grande)
390 g naranja (2 unidades medianas)
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